miércoles, 4 de mayo de 2011

Viajando para olvidar una mujer

Hay muchas razones para viajar, una de las mas personales ha sido el viajar para olvidar a una mujer, si bien es viaje no lo hice por autobus, sino en automovil, por la carretera costera 101 en Estados Unidos; fue porque alla no hay buenas lineas de autobuses y su servicio no es de primera, hacen demasiadas escalas y ademas tienen una imagen muy diferente a la que tienen aqui, alla el automovil es una necesidad, muy diferente que aqui, donde es un acto de ostentacion.

Hace algunos años, termine una relacion tormentosa con una hermosa mujer, pero loca como una cabra, despues de la separacion decidi hacer un viaje largo, asi que subi a mi auto un monton de cajas de modelos de aviones P-47 Thunderbolt, pintura, pegamento y papas fritas como para un regimiento, y tome la carretera 101, la que va de Los Angeles a Seattle. En cada descanso o restauante, me quedaba disfrutando de la vista, la comida local y usualmente ensamblaba el modelo de un avion, este lo ensamble en un pequeño restaurante en Oregon, despues de una deliciosa comida marina.




Este fue el primero que ensamble, en un pequeño hotel que encontre durante la primer jornada de mi viaje; esa noche aprendi algo, en vez de estar acostado dando vueltas, triste y pensativo por mis problemas, mejor me sente junto a la ventana; y mis manos liberaron mi alma, usando pinceles, pintura y pegamento; sustitui la preocupacion y el sufrimiento con pintura Verde Zincromate; al aplicar las manos con pincel plano, parecia que la tension desaparecia y era sustituida con pensamiento claro y frio. En esa ocasion, al terminar, la ultima capa de pintura Verde me fui a dormir con el sueño de los benditos.






Las propiedades terapeuticas de un viaje, un pincel y un modelo son magnificas, este modelo lo ensamble en un pequeño hotel con vista al mar, tener un pincel en una mano y un modelo en la otra, mientras escuchas el sonido de las oleas golpeando la costa da una gran tranquilidad, pero ante todo, permite relajarse y pensar profundamente en cuestiones importantes; con este modelo llegue a la conclusion de que no vale la pena sufrir por un mala mujer, habiendo tantas mujeres buenas y nobles; con las que la vida puede llenarse de alegria y no de dolores de cabeza.




Este modelo lo ensamble en Florence; en un hotelito con una magnifica vista al Pacifico, el Heceta Keeper's House, el chocolate caliente es algo que definitamente debe de ser probado; el lugar es muy comodo y acogedor, me quede un par de dias ahi; apreoveche para ensamblar este modelo y el PZT 1014; este es el viejo modelo de Hasegawa y aunque decente, carece de muchos detalles, trae calcomanias para un avion de la 9a AF, pero sin duda queda mejor con insignias mexicanas, del Escuadron 201 de la FAM, en este caso, decidi pintarlo en Verde Poste, tenia una magnifica foto de este modelo, posado en el barandal de mi habitacion con el oceano al fondo, pero en alguna parte la perdi.


Este tambien fue ensamblado en Florence, Oregon; con unas cuantas tazas de chocolate caliente; viendo el oceano y con algo de melancolia rezagada en mi alma; para ese momento habia recuperado mucha de mi valoracion y aprecio por mi recobrada solteria, el viaje, los modelos, el paisaje y una magnifica rubia en este pueblito; me habian hecho recuperar la razon.



Otro modelo de mi viaje, durante una fuerte lluvia, me aparque cerca del Olympic Park y disfrutando de la lluvia, con una magnifica vista de un lago cristalino, comi un par de sandwiches y ensamble este modelo, es de la Marca Jo-Han



El ultimo modelo de mi viaje, este fue construido en Seattle, en un comodo Hollyday Inn; habia pensado terminarlo como el modelo del monumento de Santa Lucia; pero no tenia informacion adecuada; por lo que decidi pintarlo como un avion del FAEM




Si bien con esa mujer pense que haria toda mi vida, el terminar con ella no fue la experiencia devastadora que pense inicialmente, un buen viaje y una buen hobbie pueden componer la mas profunda depresion, la carretera y los paisajes son amigos naturales del hombre.


Autor: Sergio Tellez Morales

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