jueves, 26 de julio de 2012

Viaje Sentimental, Mi Tia

Mi Tia se quedo sola en Puebla, cuando mi madre se caso, se vino a vivir al DF con mi padre, dejando en la casa sola a su hermana, que jamas se caso ni tuvo hijos, con los años vino la vejez, y la perdida de Independencia, con mucho cariño, le pedimos que se viniera a vivir con nosotras, y lo hizo, pero como ella decia, "No se hallaba", y termino regresandose despues de un par de semanas a su natal Puebla, alla la visitabamos cuando podiamos, que no era muy seguido, el trabajo, la familia y las obligaciones no nos dejaban mucho tiempo para poder irnos un fin de semana con ella.

En las vacaciones de Semana Santa habiamos planeado tomarnos un buen descanso, mi madre nos habia enseñado que esos dias eran sagrados y no se debia de hacer nada, y eso planeabamos hacer, cuando regrese del trabajo al mediodia del miercoles, solo llevaba en mi mente el suave sillon y la idea de relajarme y descansar, pero todo cambio cundo llegue a mi casa, mi hermana estaba muy alterada, acababan de llamar de Puebla, mi Tia habia muerto, todo se volvio freneticos preparativos, una rapida maleta, buscar direcciones y papeles, en menos de lo que lo pensamos, ya estabamos camino a la TAPO.

Era un Miercoles de Semana Santa, la Terminal estaba atestada, no conseguimos un boleto sino hasta cuatro horas despues, asi que aprovechamos para ir a comer algo, comprar lo que nos habia hecho falta y sentarnos a respirar un poco, en el restaurante empezamos a platicar de nuestra Tia, ella era muy diferente a Mama, tenia un caracter melancolico, y una tristeza profunda, desde que teniamos memoria habia sido una sombra, una personalidad destruida, nunca supimos la razon, pero no por ello mi madre la dejaba de amar, y nosotras la queriamos mucho, pese a su silente mutismo, no era como mis otras tias, consentidora y juguetona, sino mas bien una enigmatica Mujer...

La hora de la Salida llego, y finalmente abordamos el autobus, que por supuesto iba lleno, como lo estaba la Avenida Zaragoza y la Autopista a Puebla, un viaje de una hora y cuarenta y cinco minutos se volvio una odisea de cinco horas, mi hermana, que se habia levantado a las cuatro y media de la mañana, se durmio en cuanto toco el asiento, yo me quede pensando, en mi feliz infancia, cuando jugaba en el patio de mis abuelos y mi tia andaba por ahi, eran tiempos muy diferentes, ni ella ni ninguna de sus hermanas aprendieron a leer y a escribir, eran mujeres de otro siglo, con profundas creencias culturales de ese Mexico antiguo, mi abuelo era un hombre de profundo pensamiento porfirista, que no creia en la educacion de las mujeres, o que pudiesen ser algo mas que amas de casa.

Mi Tia fue victima de su destino, sin educacion nunca pudo conseguir un buen trabajo, sin marido, tenia que enfrentar la vida sola, la ignorancia se volvio una pesada loza de la que nunca pudo liberarse, la pobreza un castigo por las ideas de su padre, docil y obediente nunca supo que todas tenemos derecho a una educacion, cuando mi madre decidio que ese no seria nuestro destino, apoyo con todo su alma que nos fueramos de ahi, buscando un mejor futuro, mi padre nos trajo al DF, nos dio educacion y mi madre se encargo de que nadie impidiera que tuvieramos un mejor destino que el de ellas, nos dio una profesion y un orgullo por nuestras capacidades que no tuvo la generacion anterior. Pero mi Tia, la pobre se quedo alla, sola y triste, ahora, solo podriamos darle un adios tardio...

La CAPU se veia muy triste cuando finalmente llegamos, toda la Ciudad parecia otra, o tal vez era mi alma la que no podia ver Puebla como siempre la veia, bajamos del autobus, tomamos un Taxi y nos encaminamos a encontrarnos con mi Tia, por ultima vez...

Esta historia es de mi esposa, de uno de sus dias mas tristes

domingo, 15 de julio de 2012

Viajando en el tiempo, AU 70s

Cuando era niño, alla en los setentas, tuve varias nanas, que me cuidaban, varias de ellas eran brujas, y no lo digo en sentido despectivo, sino en el sentido profesional, brujas con conocimientos de Bioquimica y Quimica organica que les garantizarian un trabajo en la Industria Medica de hoy,  mi abuela las habia contratado para que me cuidaran, asi que cuando mis padres se iban a trabajar por semanas, no era raro, que agarran sus chivas, al escuinctle y se fueran al rancho.

Y ahi ibamos, con un monton de cosas que les llevaban a su familia, desde molcajetes a televisores, nos ibamos por el rumbo de Fray Servando, a la terminal del AU, que estaba muy cerca del cine Sonora y a la vuelta de la esquina de la Merced, aun recuerdo los camiones, eran Somex jorobados, pintados de azul y blanco, en un esquema de pintura que recordaba a unas alas muy estilizadas, la terminal era pequeña, apenas un lote vacio con un edificio chico; las salidas deben de haber sido todo el dia.

El viaje era emocionante, el ambiente era muy diferente a los ADO donde me llevaba mi abuela, en estos camiones, habia un sabor mucho mas tipico, y a veces un guajolote, con su cuello colgando del portabultos, no eran en lo absoluto guajoloteros, pero si se permitia viajar con animales; me acuerdo que siempre me enviaban a la ventana y ellas se quedaban en el asiento del pasillo.

Y asi veia el camino, la Avenida Zaragoza, acababa en la estatua de Zaragoza, despues eran campos y lagos, podia ver el agua brillando y las aves volando, la caseta estaba antes de Chalco, cerca de los basureros, y todos los paisajes eran verdes y limpios, vacas y pasto en Chalco, Bosques y Niebla en Rio Frio, Maiz y sembradios a la sombra de los Volcanes al bajar hacia Puebla, y por supuesto la parada en la Ciudad para comer o para cambiar pasajeros.

Supongo que habia algunas corridas que no pasaban directamente a la ciudad, porque recuerdo que el autobus se paraba en un restaurante de carretera, donde podiamos comer, ir al baño, o simplemente estirar las piernas, hay dos que vienen a mi memoria, uno en la entrada de Puebla, con un cafe riquisimo y cucharas tramposas, eran de plastico y se doblaban dentro del cafe. Otro mas donde vendian carnitas o alambres a la subida de Acultzingo.

Acultzingo, siempre nublado en temporada de Vacaciones

Acultzingo, esa sola palabra daba miedo, una carretera estrecha, de dos carriles, con enormes voladeros, niebla y una historia de graves accidentes, pero yo era un niño, inocente ante el peligro, me emocionaba ver las montañas, el magnifico paisaje desde las alturas, las montañas en un azul grisasceo, la niebla misteriosa, no entendia porque mi nana iba tan agarrada al asiento.

Dependiendo de cual nana fuera, a veces nos bajabamos en Orizaba, a veces en Cordoba, unas pocas veces en Veracruz, cuando era en Orizaba, visitabamos a su familia, comiamos y tomabamos un autobus local a Buenavista, en las lejanas brumas de mi mente, recuerdo que eran autobuses Sultana de una sola cubierta, pero nunca he visto una foto de un AU de esa marca. Cuando nos ibamos a Cordoba, siempre pasabamos a tomar cafe, cerca de la terminal y luego tomabamos un AU local, para bajarnos en Yanga. o bien en La Concha, y de ahi nos ibamos caminando a su casa, La Concha era un hermoso pueblito, situado como a media hora de la carretera, caminando; estaba junto a un rio, el puente de mamposteria se habia caido y era necesario pasar en uno de cuerda, que se balanceaba al azar, era la forma en que ese paraiso de Veracruz nos recibia.

El regreso variaba siempre, a veces me llevaban a Veracruz en el AU local y me dejaban con mis abuelos, a veces nos regresabamos a Cordoba, y volviamos a viajar en el AU, pero el viaje era diferente, de regreso los comerciantes eran otros, con disimilares articulos, asumo que debiamos de pasar por Fortin, porque vendian hermosos arreglos florales, que le comprabamos a mi madre y varias veces olvide en el portabultos, ademas habia señoras que se subian a vender tortas, esas deliciosas tortas de jamon en canastas, deliciosas fuera de toda proporcion, y que jamas he vuelto a probar; ademas en Puebla vendian dulces, jamoncillos y por supuesto, camotes.

Muchas veces no llegabamos a la Terminal, podiamos bajarnos en el Aurrera del Aeropuerto, a veces si nos seguiamos derecho, y pasabamos al mercado de Sonora, para que mi nana comprara alguno de sus menjurges, usualmente algo que me tendria que tomar para alguna enfermedad.

No recuerdo cuando los AU cambiaron su esquema de pintura, se que lo hicieron cuando llegaron los nuevos Somex con joroba a la mitad del autobus, y que de acuerdo a la moda de los setentas, tenian los forros de los asientos de muchos colores.

Por desgracia era muy pequeño para tomar fotos en ese entonces y no he conseguido buenas fotos de autobueses de esa epoca.


domingo, 1 de julio de 2012

Vamonos para Morelia, Herradura de Plata

Uno de los autobuses llevados al Expoforo 2012 fue esta carcachita de Herradura de Plata, representante de la tecnologia del transporte de los veintes y treintas, ha sido perfectamente reconstruida, es curioso como el tranporte ligero se ha reinventado a si mismo, ahora las combis del Estado de Mexico siguen casi el mismo arreglo de los asientos, laterales y sin proteccion.


La reconstruccion es magnifica, a excepcion de un punto, hasta donde yo se, el color rojo en produccion en esa epoca era uno obtenido de materia prima mineral y era mas obscuro.