Todos tenemos manias peculiares, la mia era estudiar en un autobus, cuando se acercaba un examen importante, un examen final o algo asi, hacia un viaje largo, agarraba el libro que me hiciera falta, un cuaderno italiano y me iba estudiando todo el camino, ida y vuelta, a veces solo llegaba a mi destino, comia y me regresaba, casi siempre por una ruta alterna.
Estudiar en un autobus tiene sus ventajas, en esa epoca anterior al celular, nadie te llamaba por telefono, no habia que interrumpir el estudio por nada, ni familia, ni novia, o flojera, se puede llegar a niveles altisimos de concentracion, y si te querias inspirar para resolver un problema, solo bastaba ver por la ventanilla y podias ver paisajes espectaculares.
Aun recuerdo que tenia que estudiar para un examen de Series y Sucesiones (si, estudie Fisica en la UNAM, y ese examen es de los mas dificiles el primer año), asi que decidi hacer un Mexico-Coatzacoalcos, la ida la hice en un ADO normal, iba leyendo mis apuntes, el libro de Calculo de Sagan, de repente, ya estaba en Minatitlan, ¿como habian pasado tantas horas, sin darme cuenta? de seguro fui abducido por un OVNI, diria el loco de Maussan, en realidad habia quedado tan absorto, que pase por Aculzingo sin notar las curvas.
Al llegar a Coatzacoalcos, ya tenia algo de hambre, pase a dejar mi maleta en un hotel cerca de la Catedral y me fui a comer al Mercado, compre un par de sandwiches para la cena y me regrese a estudiar a mi hotel, no hice mucho, ya era tarde y mi autobus salia a las 07:30 del dia siguiente, lei un poco, vi un poco de television y cene mis sandwiches, en las pequeñas diferencias es donde se nota el sabor, en el Sotavento se le pone habanero a todo, incluso a los sandwiches.
A la mañana siguiente, sali a la hora exacta en un ADO economico, un hermoso DINA Olimpico, totalmente reconstruido, que iba vacio, mi asiento el numero 4, lei y escribi, hice montones de ejercicios, pasando por algunos de los mas hermosos paisajes de Veracruz, Catemaco y su laguna, San Andres, la Isla de Monos, Alvarado y su rio, para cuando llegue al Puerto, llevaba un hambre atroz, y mi cabeza llena de ideas, una rapida visita al Mercado de Mariscos y solucione mi primer problema, una hermosa mulata me sirvio un Chilpachole de Jaiba que hubiese envidiado el mismisimo Newton.
Esa noche estudie un poco y sali a caminar por el muelle, una gloria y de regreso al Hotel, mi autobus salia a la 1 PM, todo el camino de regreso fue repasar todo lo que habia visto y leido, llegue a la Ciudad de Mexico un domingo por la noche, dormi como bendito, y al dia siguiente hice mi examen, un 10 perfecto.
Autor: Sergio Tellez Morales
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