domingo, 15 de julio de 2012

Viajando en el tiempo, AU 70s

Cuando era niño, alla en los setentas, tuve varias nanas, que me cuidaban, varias de ellas eran brujas, y no lo digo en sentido despectivo, sino en el sentido profesional, brujas con conocimientos de Bioquimica y Quimica organica que les garantizarian un trabajo en la Industria Medica de hoy,  mi abuela las habia contratado para que me cuidaran, asi que cuando mis padres se iban a trabajar por semanas, no era raro, que agarran sus chivas, al escuinctle y se fueran al rancho.

Y ahi ibamos, con un monton de cosas que les llevaban a su familia, desde molcajetes a televisores, nos ibamos por el rumbo de Fray Servando, a la terminal del AU, que estaba muy cerca del cine Sonora y a la vuelta de la esquina de la Merced, aun recuerdo los camiones, eran Somex jorobados, pintados de azul y blanco, en un esquema de pintura que recordaba a unas alas muy estilizadas, la terminal era pequeña, apenas un lote vacio con un edificio chico; las salidas deben de haber sido todo el dia.

El viaje era emocionante, el ambiente era muy diferente a los ADO donde me llevaba mi abuela, en estos camiones, habia un sabor mucho mas tipico, y a veces un guajolote, con su cuello colgando del portabultos, no eran en lo absoluto guajoloteros, pero si se permitia viajar con animales; me acuerdo que siempre me enviaban a la ventana y ellas se quedaban en el asiento del pasillo.

Y asi veia el camino, la Avenida Zaragoza, acababa en la estatua de Zaragoza, despues eran campos y lagos, podia ver el agua brillando y las aves volando, la caseta estaba antes de Chalco, cerca de los basureros, y todos los paisajes eran verdes y limpios, vacas y pasto en Chalco, Bosques y Niebla en Rio Frio, Maiz y sembradios a la sombra de los Volcanes al bajar hacia Puebla, y por supuesto la parada en la Ciudad para comer o para cambiar pasajeros.

Supongo que habia algunas corridas que no pasaban directamente a la ciudad, porque recuerdo que el autobus se paraba en un restaurante de carretera, donde podiamos comer, ir al baño, o simplemente estirar las piernas, hay dos que vienen a mi memoria, uno en la entrada de Puebla, con un cafe riquisimo y cucharas tramposas, eran de plastico y se doblaban dentro del cafe. Otro mas donde vendian carnitas o alambres a la subida de Acultzingo.

Acultzingo, siempre nublado en temporada de Vacaciones

Acultzingo, esa sola palabra daba miedo, una carretera estrecha, de dos carriles, con enormes voladeros, niebla y una historia de graves accidentes, pero yo era un niño, inocente ante el peligro, me emocionaba ver las montañas, el magnifico paisaje desde las alturas, las montañas en un azul grisasceo, la niebla misteriosa, no entendia porque mi nana iba tan agarrada al asiento.

Dependiendo de cual nana fuera, a veces nos bajabamos en Orizaba, a veces en Cordoba, unas pocas veces en Veracruz, cuando era en Orizaba, visitabamos a su familia, comiamos y tomabamos un autobus local a Buenavista, en las lejanas brumas de mi mente, recuerdo que eran autobuses Sultana de una sola cubierta, pero nunca he visto una foto de un AU de esa marca. Cuando nos ibamos a Cordoba, siempre pasabamos a tomar cafe, cerca de la terminal y luego tomabamos un AU local, para bajarnos en Yanga. o bien en La Concha, y de ahi nos ibamos caminando a su casa, La Concha era un hermoso pueblito, situado como a media hora de la carretera, caminando; estaba junto a un rio, el puente de mamposteria se habia caido y era necesario pasar en uno de cuerda, que se balanceaba al azar, era la forma en que ese paraiso de Veracruz nos recibia.

El regreso variaba siempre, a veces me llevaban a Veracruz en el AU local y me dejaban con mis abuelos, a veces nos regresabamos a Cordoba, y volviamos a viajar en el AU, pero el viaje era diferente, de regreso los comerciantes eran otros, con disimilares articulos, asumo que debiamos de pasar por Fortin, porque vendian hermosos arreglos florales, que le comprabamos a mi madre y varias veces olvide en el portabultos, ademas habia señoras que se subian a vender tortas, esas deliciosas tortas de jamon en canastas, deliciosas fuera de toda proporcion, y que jamas he vuelto a probar; ademas en Puebla vendian dulces, jamoncillos y por supuesto, camotes.

Muchas veces no llegabamos a la Terminal, podiamos bajarnos en el Aurrera del Aeropuerto, a veces si nos seguiamos derecho, y pasabamos al mercado de Sonora, para que mi nana comprara alguno de sus menjurges, usualmente algo que me tendria que tomar para alguna enfermedad.

No recuerdo cuando los AU cambiaron su esquema de pintura, se que lo hicieron cuando llegaron los nuevos Somex con joroba a la mitad del autobus, y que de acuerdo a la moda de los setentas, tenian los forros de los asientos de muchos colores.

Por desgracia era muy pequeño para tomar fotos en ese entonces y no he conseguido buenas fotos de autobueses de esa epoca.


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