Mi trabajo era de Consultor de ARH y viajaba por todo el pais, era un empleo magnifico, porque amaba viajar, subirme a un autobus habia sido una extraordinaria experiencia desde que era niño, mi abuelos me habian enseñado a disfrutar de la carretera, porque ellos habian aprendido algo diferente, porque antes, se viajaba diferente, los recorridos eran mucho mas largos, con mas escalas, que se aprovechaban para conocer y disfrutar de cada lugar por el que se pasaba, camotes en Puebla, flores en Fortin, etc. habia veces, que incluso se hacia premeditadamente, un viaje México Veracruz, se fragmentaba en un México Puebla, para pasar a comer mole, comprar dulces y rompope, unos tamales con las monjas, luego una escala en Cordoba o Jalapa a comer Pollo encacahuatado o Caldos en molcajete, paseandose en la ciudad tanto como se pudiera, no era raro que pasaramos a misa en la Catedral de Puebla y luego pasearamos por la ciudad, mi abuela compraba ingedientes para preparar comida, unicos de Puebla, como unos frijoles enormes, llamados ayocotes, en fin, disfrutar del viaje.
En la consultoria, me di cuenta de que muchos de mis compañeros, no disfrutaban de esto, y muchas veces caian en una depresion, tan fuerte, que varios renunciaron por ello, la razon, era simple, el viajar los aburria, comer siempre en la calle, andar en hoteles, vivir siempre rapido los desgastaba emocionalmente, porque para ellos el viaje no importaba, sino solo el destino, por lo que el viajar era mas una molestia, que un gusto.
Y es que en realidad los aeropuertos pueden ser los lugares mas aburridos del mundo, si no los sabes disfrutar, por la ventanilla del avion, solo vez nubes, (por ello prefiero viajar en autobus, los paisajes son espectaculares), todos los aeropuertos tienen esa forma tan pragmatica, que terminan siendo casi iguales, repetitivos, atosigantes.
Pero aun ahi, se puede disfrutar de muchas cosas, cuando no me quedaba otra que volar, me llevaba mi tarea (si trabajaba y estudiaba) para hacerla en el viaje, o bien me llevaba un modelo para ensamblarlo en el viaje, (cuando aun se podia abordar con tijeras, pintura y pegamento), o bien, me divertia observando a la gente, desde un punto de vista psicologico, o sociologico, la gente es muy interesante, ya sea que se les observe con un enfoque Conductista, Freudiano o Etologico.
Otro error es llegar a un hotel Business Class, casi siempre en las afueras de la ciudad, enmedio de zonas deprimentes y aburridas, en las que aun entonces, te recomedaban que no andubieras en la noche, por cuestiones de seguridad, lo que te confinaba en tu habitacion, simple y sin nada interesante, lo que hacia que no pocos de mis colegas, solo tuvieran como diversion el bar del hotel, lo cual, ya es deprimente en si.
El recorrido, es a veces lo mejor del viaje, pero es necesario aprender a hacerlo, a disfrutar de esos hermosos paisajes que hay, un atardecer en carretera, unas nubes sobre las montañas, una extraordinaria tormenta en el horizonte, el brillo azul de los campos en una noche de luna llena, todo eso que esta del otro lado de la ventana. Usar hoteles en el centro de la ciudad, donde se puede estar en un lugar activo, vivo, y disfrutar desde tu ventana de todo lo que una ciudad colonial ofrece, edificios hermosos, iglesias bellamente decoradas, edificios antiguos, llenos de detalles, comidas tipicas, que usualmente solo puedes conseguir en esa zona de la ciudad, el ambiente tranquilo y relajado que aun se tiene en muchos lugares, regresar de trabajar, con algun tipo de comida tipica, sentarme junto a la ventana, y leer o ensamblar un modelo, mientras disfruto de la noche, es algo hermoso.
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Viajar nos permite ver paisajes hermosos
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Y esa es la escencia de la vida, disfrutar de lo que hacemos, trabajar para vivir, no vivir para trabajar, si viajamos regularmente, disfrutar del viaje, no solo verlo como una molestia inevitable, sino como una experiencia de vida, porque a pesar de que siempre sea el mismo recorrido, nunca es el mismo viaje, los paisajes varian, cambian, con la luz del sol, las nubes, un hermoso dia soleado sobre un bosque, es muy diferente a uno lluvioso, los compañeros de viaje siempre seran diferentes, una hermosa mujer joven o un hombre maduro con necesidad de platicar, pueden ser nuestros compañeros de asiento.
Y viajar, se puede volver una hermosa experiencia, algo para recordar siempre